lunes, 19 de marzo de 2012

La cultura y el diálogo de conocimientos en la educación popular


La cultura y el diálogo de conocimientos en la educación popular

Defendemos el proceso revolucionario como una acción cultural dialogada conjuntamente con el acceso al poder en el esfuerzo serio y profundo de concientización.
Paulo Freire

En la definición de “pueblo” han existido diversas concepciones: desde los juicios iluministas desconociendo el saber popular, hasta los populistas cuando se afirma que el pueblo siempre tiene la razón. No obstante, lo que sí es cierto, es que cuando organizaciones sociales, colectivos de trabajo o educadores y educadores populares abordan una comunidad desde la idea de la educación popular, todo el entorno y las vivencias están atravesadas por el plano de la interlocución en el diálogo y la cultura.
El “aprendizaje” del que hablamos la mayoría de colectivos de educación popular, evidentemente está al margen de la institucionalidad oficial, en ese sentido es trascendental ver la forma en la que modificamos las estructuras previas de saberes, actuaciones y comprensiones tanto de nosotros y nosotras como de los sujetos y sujetas que aparentemente reciben formación.

Formas de aprender
La educación popular es clara en su intención de afectar las formas de aprender, sin embargo hay acciones que traspasan el plano tradicional de lo educativo. Por ejemplo, cuando trabajamos en un barrio y compartimos tiempo extra con las personas, ya sea en una panadería o jugando con pelotas, aprenden y aprendemos cosas que quizás no se logra en lo que está preparado intencionalmente para ser abordado. Podemos ser de diferente o de la misma clase social, pero hemos crecido e interiorizado hábitos, sentimientos y hemos sido educados de formas diversas, características que hacen que la cultura tenga un papel fundamental a la hora de relacionarnos.
Ese relacionamiento pasa por aprender de cada parpadeo del otro u otra por más insignificante que parezca, éste no deja de ser un aprendizaje social así no haya sido premeditado. La educación como práctica social comprende los espacios formales y creados para la alteración de la forma de pensar y actuar, pero no se puede negar los aspectos simbólicos, cotidianos y distintivos que los movimientos populares han venido descubriendo en las últimas décadas desde el campo de las subjetividades populares.

Construcción colectiva de conocimiento
La retroalimentación de experiencias es importante con el fin de que exista una educación dialógica y horizontal, asimismo, de nuevo resulta fundamental la cultura y el diálogo de saberes como características pedagógicas para la efectividad de la educación popular.
Tanto los educadores y educadoras populares como las personas que viven los sectores marginados poseen saber científico y saber popular, es posible que las realidades sean similares o diferentes pero la cultura influye de la forma en la que se ha construido el conocimiento. La confluencia de culturas resulta complementaria en la forma colectiva de su producción.
Para finalizar, cabe concluir que, las luchas sociales y organizaciones comunitarias en general, pero sobretodo la práctica social de la educación, se da en el ámbito de lo cultural, aspecto relevante para la constitución de la identidad y la generación de política propia, que en nuestro caso, deber ser una política transgresora del capitalismo, pedagógica y revolucionaria.

La edificación de un poder popular sólo se despliega si creamos cultura, valores, reglas y poder propio. Una pieza clave se torna imprescindible en su construcción: una educación de los pueblos y para los pueblos que funcione como trampolín para la acción de sujetos críticos y transformadores. Allí se nos presenta el desafío de llevar las riendas de nuestro destino, de construir poder y contrapoder cimentado en la comunicación y en la acción común.

Colectivo 6 de Mayo

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