El 6 de mayo, simplemente una fecha para algunxs, recuerda al día en que un niño de 15 años murió, tras ser víctima de una golpiza, durante la jornada del día de lxs trabajadorxs, Nicolás Neira, víctima de la represión juvenil que se da en el contexto que vivimos. Hoy, con la convicción de que la lucha sigue, 6 de mayo es un colectivo de jóvenes, estudiantes y trabajadorxs que sentimos el sufrimiento de lxs explotadxs y oprimidxs del planeta, con la voluntad y capacidad de soñar y hacer realidad nuestros sueños, trabajando en construir poder popular a través la educación popular.
Sabemos que la educación es un campo privilegiado desde el cual se interiorizan, reproducen y transgreden los valores de las personas y las sociedades. En esta medida la educación se convierte en un escenario estratégico para pensar en otros mundos posibles, y para vivir esos mundos. Trabajamos desde la reflexión, discusión, investigación y praxis crítica frente a procesos educativos impartidos en la escuela institucional, sustentados en una sociedad que dispone la educación en función del trabajo y la mercantilización, todo entendiendo el contexto social y político en el que se desarrolla; lo que nos lleva a pensarnos una forma de educación que transforme la sociedad, a partir de procesos de formación y construcción colectiva del conocimiento y el saber de los pueblos, bajo principios de horizontalidad, autonomía y solidaridad, encaminada a la construcción de poder popular mediante el trabajo con las bases.
El poder popular, como la capacidad transformadora gestada desde las personas relegadas por el sistema capitalista, es una expresión propia de los pueblos que construye nuevas relaciones sociales basadas en la justicia y que, como colectivo, construimos a través del trabajo que hemos desarrollado en investigaciones y talleres que han recogido las experiencias y aportes de territorios con jóvenes y niñxs de distintos espacios de acción y movilización.
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